lunes, 25 de noviembre de 2013

ORÁCULOS: UNA VISIÓN PARTICULAR



Mi aventura con los oráculos




Luego de estudiar el tarot durante mucho tiempo hace como un año empecé con la inquietud de conocer los oráculos; inicie pensando que serían una buena herramienta para "aderezar" las tiradas tanto presenciales como en línea.

Yo estaba segura de que servirían para darle consejos rápidos a los clientes y así quedarían más contentos, pero me di cuenta que caí redonda en un nuevo mundo y una nueva forma de ver la cartomancia.

Los oráculos me han dado una perspectiva muy diferente, con la cual se puede no solo complementar una consulta si no que cuando quieres hacer algo rápido, sin necesidad de sacar el tarot, puedes dar no solo consejos puedes también dar una visión general de algún problema.

No tienen la exactitud de un tarot, pero te orientan en la dirección que puedes ir. A mi parecer he quedado contenta con los resultados que he obtenido y les voy a ir contando como fue que los compré.


Para empezar fui a la tienda de tarots a la que normalmente voy, le pregunté los oráculos que tenían y me enseñaron una serie de pequeñitos de la casa Lo Scarabeo; ese día compré "El oráculo de la madre naturaleza", del cual dije: "hago rituales lógicamente necesito uno de hierbas" (a la fecha cada vez que lo uso digo que saco el oráculos de las finas hierbas) la locura de éste radica en que el manual solo dice una palabra por carta y nada más, tuve que buscar el nombre de cada hierba, pues solo viene su nombre en latín y andar buscando las propiedades mágicas de cada una; me gusto mucho, no me arrepiento de haberlo comprado y sí me sirve de vez en cuando.

Ese mismo día compré dos Lenormand (el clásico y el art nouveau) quede encantada con ellos y, como soy una maldita obsesiva, desde ese entonces he comprado algunos más (si, "algunos") para poder comparar, incluso gané una subasta de ebay por el Mystical por un centavo de dólar (claro que me costó el envío como 13 dólares, salió lo mismo al final). La mayoría los he comprado en una tienda en línea que me los manda sin problemas a México, solo hay que armarse de paciencia pues tardan 20 días (mi último pedido tardó menos de 2 semanas, así que varía).

Me gusta mucho y estoy encantada con ellos.

En otra ocasión compré las cartas del amor de Laura Tuan que son una maravilla y te ayudan mucho con las consultas amorosas, el único problema que tienen es que si no lo compras en set no viene el librito (que esta en inglés solamente) y como tienen su propio código no les entiendes muy bien. El manual es genial y viene muy bien explicado.

Hace poco cayeron en mis manos el “Oráculo adivino” que es de Lo Scarabeo, este viene con un instructivo y claro "use su intuición", sí no bromeo, así de claras las instrucciones; cada carta tiene su imagen además de una cartita francesa por lo cual si estudias un poco la baraja francesa se abre un abanico de posibilidades a la hora de usarlo.

Además acabo de comprar las Cartas Kipper que por lo que he estado leyendo y practicando; son muy fáciles y accesibles, si nunca has tomado un mazo éste es el ideal para comenzar (siempre y cuando no los compres en alemán, así me paso a mí).

Mas adelante ya les contaré con detalle de cada uno de ellos y cómo me voy acomodando a las lecturas, por el momento voy a hacer algo que regularmente no acostumbro hacer: voy a llevar un diario de tiradas, espero poder hacerlo aquí para que vayan leyendo la evolución que voy teniendo. 

Les quiero decir que no compré ninguno de ángeles porque no me siento muy afín con ellos y yo nunca he podido decidir al comprarlo.

Muchos saludos a todos y ya veremos como nos va (bueno a mí con estos oráculos jajaj)



Mariana Aguilar




miércoles, 23 de enero de 2013

DIFERENCIA ENTRE UN ORÁCULO Y UN TAROT



Cómo diferenciar a un oráculo de un tarot?




Si nos guiamos por la Wikipedia,

“Un oráculo (μαντειον) es una respuesta que supuestamente da una deidad por medio de sacerdotes, o de la Pitia o Pitonisa griega y romana, o la Sibila, o incluso a través de interpretaciones de señales físicas (tintineo de campanillas, por ejemplo), o de interpretaciones de símbolos sobre piedras, como las Runas, o de interpretaciones de símbolos sobre cartas, como el Tarot, o de sacrificios de animales. Por extensión, se llama oráculo al propio lugar en que se hace la consulta y se recibe la respuesta (el oráculo).”

En Grecia (en su famoso Oráculo de Delfos) el oráculo se recibía a través de una mujer que se llamaban pitia o pitonisa, en estado de éxtasis frenético. Por lo tanto, en un estado alterado de conciencia producido (según dicen) por las emanaciones de ciertos alucinógenos provenientes de aberturas en las rocas por las que se filtraban.

¡Pobres mujeres, se pegarían cada viaje, que otra que la belladona que se untaban las brujas y que les hacían contar los viajes en escoba!.

Algunas personas admiten la forma de diferenciar al Tarot de los oráculos, haciendo hincapié en la cantidad de cartas del mazo. Consideran que el Tarot  (para ser llamado así) debe tener la cantidad de cartas clásica: 22 arcanos mayores y 56 arcanos menores.

El tema de la diferenciación por medio de la cantidad de cartas del tarot dependería de cuándo se comienza a tomarlo como tal. Si consideramos el Minchiate como uno de sus antecedentes, éste tenía mayor cantidad de cartas ya que se agregaba los 12 signos de zodiaco, los 4 elementos y las virtudes teologales. Si se toma como su antecedente al Tarot de Paris (siglo XVII), allí comienzan las 78 cartas. Igualmente también está el Ansata Tarot (1981) que sólo tiene los 22 arcanos mayores, entre otros mazos con los que ocurre lo mismo.

Yo creo que para diferenciarlos, más que por la cantidad de cartas, debería hacerse por los conceptos (y aquí empiezan los problemas partiendo de las distintas acepciones de la palabra tarot y sus significados posibles). Para algunos autores significa “mazo de cartas” (Tar/Taru), para otros “la ley” (Torah); “rueda” (rota); “sendero real” (TA: sendero, RO, real) y así seguiríamos infinitamente.

Esta reflexión me lleva a pensar que el tarot estaría formado por imágenes y signos, los que permiten crear un código, que sirva para utilizarlo, no sólo de oráculo sino también como enseñanza de vida (mediante la correlación numérica); mientras los oráculos, serían instrumentos que nos permiten “adivinar” algo en particular, u obtener un mensaje para la ocasión..

Entonces, considero que para poder llamarse Tarot, las imágenes que componen el mazo deben representar a los arquetipos, que han sido asimilados por la humanidad a lo largo del tiempo y los cambios culturales, que se transmiten de generación y generación y que pertenecen al inconsciente colectivo (común a todos los seres humanos) funcionando como patrones de conducta (imitativa en muchos casos).

Entonces la serie sería la clásica de Loco, Mago, Sacerdotisa, Emperatriz, etc., lleven el ropaje que les corresponda según la cultura a la cual responden. Es decir, los arquetipos básicos son los mismos, solo cambia su presentación.

Personalmente creo que el tarot es también un oráculo. Si me llevo por los antecedentes griegos, en cuanto a oráculo, haría una pequeña reflexión: el tarot es oráculo cuando a través suyo se perciben sensaciones (producidas por estados alterados de conciencia) que no figuran en las cartas (lo que ya tratamos en los foros de clarividencia, precognición, etc). Es cuando decimos que las cartas nos “hablan”.


Los oráculos como las runas o el I Ching, se interpretan a través de signos. Además, los “avispados” de siempre, en vista del interés que despiertan, han creado “velozmente” cartas con los símbolos rúnicos y también con los exagramas del I Ching, así que allí comienzan las mezclas en todos estos temas.


Igualmente siguen apareciendo mazos, con distinta temática, que se denominan Tarot pero cuyas imágenes poco tienen que ver con los originales y van cambiando según las creencias (ángeles, hadas, etc)

En resumen, se podría decir que todas las cartas de Tarot funcionan como oráculos, pero, no todos, los oráculos son Tarot.



Liliana Cavallini